Aún siendo la monarca de los británicos, la reina Isabel II es una de las abuelas más amorosas que se ha podido ver en la realeza mundial. Cada encuentro con sus nietos inspira amor y cariño y sus gestos divertidos con William y Harry no pasan para nada desapercibidos.
Pero es con este último que la hemos visto más íntima y pícara. Se podría decir que el príncipe Harry es uno de sus favoritos, pues no pierde oportunidad para compartir sonrisas con él, incluso le acolita muchas de sus travesuras y a pesar de ellas lo sigue mirando con el mismo amor de siempre. Se dice que después de la muerte de Diana, Isabel II se hizo más cercana a sus nietos y suplió de cierta forma el vacío que dejó Lady Di. Siendo William el heredero al trono británico, tuvo una crianza más exigente que la de Harry, razón por la que la reina ha sido un poco más relajada con el hijo menor de Carlos de Gales.
Se dice que comparten el mismo sentido del humor. Así se pudo ver varias veces cuando Harry hacía su carrera militar y se encontraba de servicio en eventos oficiales de la reina, quien no dudaba regalarle sonrisas mientras él tenía que mantener su posición de soldado. También pudimos ser testigos del momento en que abuela y nieto dos se burlaron del reto que les puso Michelle y Barack Obama en los Invictus Games en 2016.
Incluso Isabel ha sido tan laxa con Harry que le permitió a Meghan Markle compartir las fiestas navideñas con la familia Windsor en 2017, cuando la regla es que ninguna pareja de la familia puede estar en Navidad con la reina sin pasar antes por el altar. De hecho, en ocho años de noviazgo de William y Kate, la ahora duquesa de Cambridge nunca pudo hacer que la reina cediera a esta condición. El último atisbo de predilección de la reina hacia Harry fue la aceptación oficial por parte de la reina al compromiso de él con la señorita Markle. En él, además de darle el permiso para casarse, le dijo “mi nieto querido”, frase que cualquier abuela del mundo diría, pero que para una monarca como ella es un detalle de fina coquetería que da mucho de qué hablar.
Contrario a la Reina Isabel II, el príncipe Felipe de Edimburgo no es tan cercano a sus nietos. Es más, se ha dicho que muy poco se parecen y no tienen mucho en común. sin embargo, el fotógrafo de la realeza Chris Jackson fue el encargado en desvelar que la genética no miente y que Harry y Felipe tiene mucho más en común de lo que alguna vez nos quisieron mostrar.
Jackson publicó en su cuenta de Instagram una imagen con la portada de Paris Match donde aparece el duque de Edimburgo con 35 años en uniforme de la marina. El increíble parecido de las barbas y la expresión de sonrisa pícara los relaciona inmediatamente. Gracias a esto muchos han podido ver un poco más de Felipe en Harry. Su pasión por la milicia, el aire de don Juan que los rodea, el amor a deportes como el polo y su relación cómplice con la reina los hace los preferidos de la Reina.
Entre los escándalos que han ensombrecido a la casa real de Gran Bretaña en los últimos años, uno de los más truculentos es el misterio del verdadero padre del príncipe Harry. En los años 80 y 90, las escandalosas historias de la farsa que era el matrimonio de sus progenitores hacían las delicias de la prensa rosa. Pero las cosas se desbordaron cuando salieron a la luz las infidelidades mutuas de los esposos, quienes no tuvieron pudor en reconocerlas en los medios. Mientras que el heredero del trono solo había pecado con Camilla Parker Bowles, su vieja amante y actual esposa, la fallecida Diana le concedió sus favores a varios hombres, entre ellos un militar llamado James Hewitt, que frecuentaba como Pedro por su casa el Palacio de Kensington.
A medida que Harry crecía, las malas lenguas empezaron a encontrarle un notable parecido con Hewitt, en especial por su pelo rojo y sus pecas. Los tabloides no paraban de comparar los rostros del niño y del soldado, y todavía muchos de quienes los conocen a ambos no se distancian de la idea.
El libro biográfico The People’s Prince, de Chris Hutchins, recuerda cómo Hewitt, en un comunicado, desmintió el rumor: “En verdad, el color de su pelo es similar al mío y la gente dice que nos parecemos. Yo nunca he impulsado esas comparaciones y aunque estuve con Diana por mucho tiempo (cinco años), debo aclarar de una vez por todas que no soy el padre de Harry (…). Cuando conocí a Diana él era un bebé y tengo que decir que él es mucho más guapo que yo”.
En esta biografía también se revela que mucho antes de esta declaración, Carlos de Gales había tomado cartas en el asunto. En el 2002, poco antes de la entrada de Harry al colegio de Eton, el príncipe, en una charla muy sincera, le advirtió a su hijo que podría escuchar los rumores y le aseguró que no eran ciertos. “Fue, según me relataron, uno de los momentos más difíciles en la vida del heredero del trono”, escribe Hutchins, quien agrega: “Ya no se podía ocultar más el hecho de que Diana realmente había estado enamorada del gallardo oficial. A pesar del dolor que le causó a Carlos transmitir el mensaje, él lo asumió con gran coraje”.
El hijo mayor de Isabel II era consciente de la importante figura que había sido Hewitt para Harry cuando niño. Ni siquiera él, que también pertenece a las fuerzas armadas, lo había encantado tanto con sus historias sobre la vida militar como lo hizo el oficial. Por esos comienzos de los 90, cuando brillaba como un héroe de la primera guerra del Golfo Pérsico, le enseñó al principito a pararse como soldado y hasta le regaló una copia de su uniforme a su medida. Para Hutchins, la actual carrera en la milicia de Harry, por la que ha estado peleando en Afganistán, empezó a gestarse en aquellos días. Así, cuando Carlos le habló, él no desistió de la admiración que siempre le tuvo, pero cambió de opinión en el 2006 porque Hewitt vendió el relato de sus amores con Diana a la prensa y hasta trató de obtener 10 millones de libras esterlinas de ganancias por sus cartas.
Por mucho tiempo, Harry se resistió a volver a ver las fotos del álbum que, seguro con mucho cariño, Lady Di hizo en vida con sus recuerdos familiares. Los 20 años de su fallecimiento lo animaron a redescubrir en esas imágenes momentos tan tiernos como aquel día de playa en que ella le dio uno de sus abrazos. “Ella te envolvía y te estrujaba lo más que podía. Y siendo tan pequeño como yo era entonces, no había escapatoria, estabas ahí y ahí te quedabas el tiempo que ella quisiera”, cuenta el príncipe en el documental Diana, Our Mother.
Al igual que su hermano William, subraya la picardía de Diana: “Nuestra madre era una niña de pies a cabeza. Se reía con unas locas carcajadas de pura felicidad”. Y está convencido de que ella tomó la valiente decisión de darles una vida lo más normal posible, a pesar de lo difícil que era crecer siendo el centro de atención. “Eso significaba llevarnos a comer hamburguesas de vez en cuando, ir a escondidas al cine o recorrer las carreteras rurales en su viejo BMW descapotable y oyendo Enya”, detalla Harry.
Este testimonio permite conocer un poco cómo fue para él y William la experiencia del divorcio de Carlos y Diana, un escándalo mundial en los años noventa. “Rebotábamos entre ellos, así que nunca veíamos lo suficiente a ninguno de los dos. Había muchos viajes y peleas entre mi hermano y yo en la silla trasera del carro, las cuales yo siempre ganaba”, evoca. “No digo que fuimos los únicos que pasamos por eso, pero fue una interesante manera de crecer”.
Al respecto, Paul Burrell, el mayordomo a quien Diana llamaba “mi roca”, le contó al Daily Mirror que la princesa sabía lo doloroso que era aquello para sus hijos y trataba de compensarlos con buenos ratos. En lo peor de la crisis, los príncipes dormían con ella y le dejaban notas que decían: “It will be ok” (todo saldrá bien). “Cuando la princesa murió, sus hijos fueron llevados al Palacio de Buckingham, a un mundo estéril, muy frío, donde el nombre de Diana era un tabú. Ahora, pueden hablar con franqueza”, concluyó el mayordomo.
A Harry, lo mismo que a su hermano, no se le borra esa última llamada de Diana desde París, cuando hacía varias semanas que no la veían: “Nunca disfruté hablar con mis padres por teléfono. Nos la pasábamos mucho en eso a cambio de hacerlo en persona y la verdad es que no me acuerdo de qué le dije. Ahora lamento lo corta que fue la conversación y tendré que lidiar con eso el resto de mi vida. De saber que era la última vez que hablaría con mi madre, si hubiese tenido el más leve pálpito, cuán diferente habría sido esa charla”. Harry, de 32 años, parece sentar cabeza tras una loca juventud que lo llevó a protagonizar escándalos como la publicación de sus fotos desnudo con una joven en una parranda en Las Vegas. Ahora revela que su agresividad y deseo de evasión fueron el resultado de tragarse el dolor de la ausencia. “Crecí pensando que era normal no tener mamá. En los diez años que pasé en el Ejército hundí la cabeza en la arena y solo oía un ruido que enmascaraba la realidad”, confiesa.
En últimas, la terapia psicológica lo ayudó a vencer el peligro que significaba no hablar de Diana y parece que eso le ha abierto la puerta del amor.
Media hermana de Meghan, asegura que esta es una interesada y anunció que lanzará un libro sobre ella a pesar de que casi nunca se han visto.
"Del futuro suegro de Meghan Markle se sabe muy poco. Fue director de iluminación en Los Ángeles y terminó aislado del mundo del espectáculo en rosarito, México. Su deseo de vivir como ermitaño se venía cumpliendo en este pequeño municipio del país azteca, sin embargo, no contó con la grandiosa idea de su hija: desposar al joven más guapo de la realeza europea, el nieto de la reina Isabel II, la monarca más famosa del mundo.
Se dice que sí irá a la boda e incluso se documentó previamente sobre las tierras inglesas donde entregará a su hija en el altar. Fue el Daily Mail quien logró captar las imágenes del Señor Markle leyendo un libro sobre Inglaterra con un Starbucks al lado. ¿Cómo se sentirá Thomas esta vez al frente de las cámaras de todo el mundo?
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El otro medio hermano fue arrestado por poner un arma contra la cabeza de su novia.
"Estamos todos muy emocionados y encantados por los dos. Les deseamos toda la felicidad del mundo en estos momentos tan emocionantes", explicó el primogénito de Carlos y Diana de Gales durante su a Finlandia. "En mi caso, espero que esto signifique que va a dejar de meterse en mi refrigerador y comerse toda mi comida, como lo ha hecho durante los últimos años". Estas declaraciones de William definen a la perfección su relación con Harry.
Los dos mosqueteros han sido secuaces de por vida. Su complicidad se ve latente cada vez que tienen que compartir eventos oficiales y su amistad traspasa fronteras. Desde la muerte de su madre siempre se han visto juntos y no ha habido momento en que los dos hermano se desamparen, por más álgido que sea el camino de cada uno.
El matrimonio de William hizo pensar a la prensa sensacionalista que era el fin de la hermandad entre los hijos de Lady Di, pero fue todo lo contrario, Harry fue el padrino de bodas de su hermano y Kate completó el trío dinámico real más apetecido por los paparazzis.
El natalicio número 20 de diana de Gales mostró la faceta más madura de los dos, siendo la excusa perfecta para que los dos ingleses unieran fuerzas y realizaran lo que millones de personas en el mundo querían, que se reivindicara el nombre de su madre. Verlos a los dos juntos hablando de la persona más famosa de la familia Windsor, los catapultó de inmediato como una fuerza indestructible, más ahora que Harry demuestra que su actitud de niño rebelde quedó atrás y ahora asume un hogar él solo y William completa su familia con su tercer hijo. ¿Quién podría destruir esta hermandad? La respuesta es ¡nadie!
"Doria Radlan se ve desenfadada y se toma la vida con calma, según lo ha contado su hija Meghan Markle. Los ancestros de Doria vivieron la infamia de la esclavitud en las plantaciones de algodón de Georgia y Tennessee, donde el rastro más lejano de su parentela es el de Richard Radlan y su mujer Mary, nacidos antes de la Guerra Civil.
Con la liberación de los esclavos en 1865, la familia echó raíces en Chattanooga. Allí desempeñaban oficios sencillos, pero ya para 1940 Dora Cooper, tía abuela de Doria, era maestra escolar, un mérito en medio de la segregación y atraso de los negros en el sur profundo. Los Radlan empezaron a tener éxito en oficios más calificados, de modo que Alvin, papá de Doria, fue vendedor de antigüedades, dice la genealogista Elizabeth Banas. Doria se empleó como azafata tras su separación de Thomas Markle, padre de Meghan.
Hoy la madre de Meghan es terapista clínica, instructora de yoga y trabajadora social enfocada en los ancianos. “Mis padres vienen de abajo y por eso eligieron dar mucho”, afirma la actriz. Y siempre veló por hacerlo, en cuanto al estudio para Meghan, Doria eligió la Hollywood Little Red Schoolhouse, que cuenta entre sus alumnos famosos a Elizabeth Taylor.
Doria también ostenta de un cuerpo envidiable y en palabras de Meghan, la define como como un “espíritu libre” y “mamá sexy”: “Nos divertimos mucho juntas y encuentro mucho solaz en su apoyo. Es la misma reciprocidad que se experimenta con la mejor amiga”.
La relación entre los príncipes William y Harry y Camila ha sido de altos y bajos. Desde la muerte de Diana, la popularidad de la actual esposa de Carlos de Gales no ha sido favorable en ninguno de los casos y su choque con los nietos preferidos de la Reina la ha llevado al punto de casi empezar una guerra campal por la corona británica.
Camila se ganó a sus hijastros casi una década después de la desaparición de Lady Di y cuando Carlos se casó con ella, en 2005, la elogiaron y admitieron en público lo feliz que hacía a su padre. Sin embargo, en los últimos años las cosas se enfriaron desde que William y Harry lanzaron una campaña para reivindicar la memoria de Diana, en los 20 años de su muerte. En los documentales que encargaron para ello, y en los cuales hablaron, “eliminaron a Carlos, solo importaban Diana, su trabajo y su influencia sobre ellos”, tal como comentó Richard Kay, un muy leído columnista de sociedad y corresponsal de la casa real por largos años. Mucho menos se refirieron a Camilla. “Se esperaba que dijeran algo sobre la madrastra a quien una vez le dieron la bienvenida”, manifestó el periodista. Para colmo, el fervor renovado por Diana motivó el aplazamiento de la transmisión de un programa sobre Camilla, por sus 70 años.
Luego, el que hayan salido a la luz unas grabaciones de Diana describiendo su sufrimiento durante su matrimonio con Carlos, todo gracias a Camila, y la revancha de la duquesa de Cornualles dejando en entredicho el buen nombre de “la princesa del pueblo”, hizo que William y Harry sacaran de sus afectos a su “madrastra” y dejó al príncipe de Gales con una dura tarea si quiere que Camila sea proclamada como reina de Inglaterra cuando él herede el trono, convencer a sus hijos para que apoyen esta idea. Sin embargo, Harry en particular le debe agradecer algo a su padre y por derecha a Camila, que gracias a la pelea que Carlos dio para poder casarse con ella, él no ha tenido ningún inconveniente a la hora de planear su boda con Meghan, también divorciada. ¿Le tendrá que devolver el favor?
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